lunes, 21 de enero de 2013

Life finds a way








Hay pocas cosas más duras que contemplar impotentes el ocaso de un ser vivo que no tiene ganas de vivir. Ayer murió uno de los tres perritos recién nacidos que los niños del orfanato sacaron no-sé-de-donde-diablos hace unas semanas. Desde hace unos días nos dábamos cuenta de que a ese perro le pasaba algo, la mayoría de las veces se negaba a comer y no quería jugar ni correteaba alegremente como sus "hermanos". Pero solo ayer me di cuenta de que el perro iba a morir de manera inminente si no conseguíamos que comiese: las costillas se marcaban en su pequeño cuerpecillo de un modo que ya no dejaba lugar a la duda. Estuve intentando durante una hora que comiese algo: pescado, ugali, judías, comida para pollos y hasta verduras o fruta, sólido, triturado o líquido, pero todo sin éxito. Aunque yo aún no lo sabía, ya era demasiado tarde: él ya se había rendido.

Me fui a dormir la siesta y me lo llevé conmigo, y lo puse encima de mi pecho. Pensé que si se acostumbraba a mí, si cogía confianza, tal vez luego aceptase la comida que yo le daba. Además fuera hacía bastante viento, y el perrillo estaba bastante débil. Estuvo un rato así, encima mío, pero luego empezó a protestar y a querer bajar y al final acabé dejando que lo hiciera. Recorrió un par de metros en el suelo, se acurrucó debajo de una cama y se quedó ahí muy quietecito. Un par de horas más tarde, uno de los niños lo encontró en la misma posición, ya sin vida.

La manera en que los niños afrontaron la muerte del animal me sorprendió un tanto. Doy fe de que a ellos les encantan esos perrillos: los cuidan, los alimentan, juegan con ellos y hasta -no sin gran esfuerzo- les han construido una pequeña caseta (ver foto) para que duerman dentro.  Sin embargo, recibieron la muerte de uno de ellos con total naturalidad, hasta hicieron algunas bromas, lo enterraron rápidamente y a otra cosa mariposa. No sé si la falta de dramatismo se debe a que para ellos los animales ocupan un estatus inferior, a que la presencia de la muerte es mucho más cercana por estos lares o a una mezcla de ambas cosas. 

En cualquier caso, estos niños si que tienen unas ganas locas de vivir y lo demuestran constantemente, sobreponiéndose a cualquier circunstancia adversa que pudiera acontecer. Justo cuando llegué al orfanato, directo del aeropuerto, el viernes de la semana pasada, me encontré a la familia que trabajaba en el orfanato cuidando a los niños y cocinando con las maletas hechas y dispuesta a abandonar el frente, hartos de los continuos problemas para recibir su sueldo y de la escasez continua de comida. Desde ese momento, hemos estado solos los niños y yo, hasta este jueves que ha llegado otra chica para ocuparse de cocinar y limpiar.

Durante los días que han estado solos (bueno, conmigo que es incluso peor) los niños han funcionado de manera independiente como una máquina bien engrasada. Han limpiado, han cocinado, se han bañado dos veces al día, han dado de comer a los animales, han cortado leña, han ido a la escuela, se han ido a dormir a la hora que tocaba y se han levantado con el sol, todo sin necesidad de ningún tipo de liderazgo por mi parte. Cada cual ha hecho lo suyo y todos han contribuido y la vida en el orfanato ha seguido su curso como si tal cosa, y los niños felices como perdices. Me gustaría saber cuantos niños de 13-14 años (algunos incluso más pequeños) del "primer mundo" serían así de autosuficientes.

Y la vida sigue, a pesar de que 4 de los niños ya no están aquí (3 han ido a vivir con familiares, 1 más está viviendo con los dueños del orfanato). Uno podría pensar que la pérdida de 4 miembros en una familia de 17 (o la pérdida de 6 miembros, si tenemos en cuenta a los niños de la familia que trabajaba aquí), tan unida como esta, podría causar estragos. Sin embargo, aquí están acostumbrados a estas cosas y a otras peores, y aceptan con deportividad lo que les echen.

Ayer por la tarde murió un perro. Casi por sorpresa, durante la noche, una de las dos vacas del orfanato ha dado a luz. La vida siempre se abre camino. Y en Msongola más que en ningún sitio.

domingo, 17 de junio de 2012

El blues del daladala



Los tanzanos, por lo general, suelen ser gente tranquila y amigable. Cual transformación licantrópica, todo cambia, sin embargo, en cualquier estación de autobuses de Dar una vez que el sol se ha puesto y se trata de coger un daladala de vuelta a casa. En esos momentos, las otrora tiernas madres se echan sus retoños a la espalda y los usan como arma arrojadiza, a la vez que muerden y arañan y tratan de clavarte los codos en las zonas blandas. También los caballeros respetables te atizan con su impoluto maletín de piel en la cabeza y, en general, se establece una feroz lucha por la supervivencia que acaba con algunos dentro del daladala, otros maldiciendo, y con un reguero general de sudor y en ocasiones también, sospecho, moratones. Al impresionante espectáculo parece contribuir también el hecho de que no parece existir una ley de conservación del número de daladalas, al menos en el caso de Ciudad Caos: mientras que desde aquí hay un goteo constante de vehículos hacia todas las estaciones de Dar, los daladalas de vuelta salen con cuentagotas (que bonita y fluida me ha quedado la.metáfora) Sospecho que en algún sitio debe haber un vórtice multidimensional que se traga el exceso de autobuses y los envía a un universo paralelo en el que lo difícil es ir desde Ciudad Caos hasta Dar, pero todavía tengo que comprobar este extremo.

Eso sí, la escasez vehicular también hace posible que el viaje sea extremadamente animado: dicen que el roce hace el cariño, y dentro del daladala hay unas 17 personas por metro cuadrado, así que se establecen animados debates sobre las más diversas temáticas; ayer por ejemplo, sobre desempleo, educación y gobierno (vaya, nada nuevo bajo el firmamento), aunque otros días también sobre la selección tanzana de fútbol (a pesar de que aquí hay poco que debatir, dado que siempre pierden, pero siempre hay alguien dispuesto a defender con uñas y dientes que son los mejores del mundo) u otros asuntos. Estas discusiones suelen implicar a una parte importante de los viajeros y ser bastante encendidas, de manera que al principio, cuando uno no entiende ni papa de lo que están diciendo, parece más bien que la gente se está quejando amargamente por algo que está pasando dentro del autobús.

Hablando de fútbol, aquí tienen una verdadera pasión por ese deporte. La liga siempre se la disputan los dos mismos equipos, el Simba y el Yanga, los dos basados en Dar es Salaam, aunque este año ha estado en la pomada también el Azam, cuyo campo está muy cerca de Uvikiuta (la ONG donde viví los primeros meses). Aquí en la región de Dar es Salaam, la pregunta no es "¿de qué equipo eres?" sino "¿Simba o Yanga?" y la rivalidad entre ambos equipos es tanto o más encarnizada que entre Madrid y Barça. Este año el Simba, que ha ganado la liga, le metió 5 al Yanga (4 de penalti) en la segunda vuelta, y todavía tienen coña con esto. En cualquier caso, lo que más les gusta son las ligas extranjeras, sobre todo la inglesa, y casi todo el mundo es del Manchester, Chelsea o Arsenal (el día que el Chelsea ganó la Champions hubo celebración por todo lo alto).  

He estado un par de veces en partidos de fútbol, una en el campo del Azam (que es más pequeño, en cuanto aforo, que el campo de la Complutense) y otra en el estadio nacional, cuyo tamaño es ya más respetable. El precio de la entrada más barata, suele ser, para cualquier partido, de 5000 chelines tanzanos, es decir unos 2.5 euros, que es bastante asequible incluso para los locales (no se ha llegado, por tanto, a la locura de precios de España. Además, uno puede comprar la entrada más barata y sentarse luego donde quiera, siempre que haya un pequeño incentivo económico de por medio para el guarda de seguridad). Decía que la rivalidad entre Simba y Yanga es bastante encarnizada, y como muestra un botón: el día que fui al estadio nacional jugaba el Simba contra un equipo de Ruanda -una especie de Champions League africana- y multitud de hinchas del Yanga se compraron una entrada para animar (de manera bastante ruidosa) a los ruandeses. En el intermedio, claro, hubo leña, pero todo el mundo (incluso los que recibían) parecía pasárselo muy bien.   

En la escuela también tenemos un equipo de fútbol, y últimamente lo están haciendo muy bien. Tan bien, que dos profesores (y no es que nos sobren) han decidido dejar de dar clase y dedicarse en exclusiva a entrenar el equipo. Entre ellos el profesor de Matemáticas y Física al que se supone que ayudo, con lo cual se da la paradójica situación de que todas las clases las damos profesores voluntarios (i.e. yo) o contratados a tiempo parcial (hay otros tres o cuatro) mientras que el profesor titular hace de Mourinho. También es llamativo que los jugadores hayan sido eximidos casi por completo de la obligación de asistir a clase, pero no pasa nada y todo el mundo está muy contento porque a dos de los chicos les está haciendo una prueba un equipo de Kenya (la verdad sea dicha, para jugar bien en un campo como el de Msongola, que básicamente es de arena de playa con algunos parches de malas hierbas aquí y allá y sin ni siquiera límites bien definidos, hay que ser mejor que Messi). Y después de cada partido se escriben los resultados en la pizarra de la sala de profesores y todo el mundo se regocija mientras la escuela, en todos los demás aspectos, sigue funcionando de manera desastrosa.

No ha hablado mucho de la escuela en el blog, y la verdad es que es difícil sintetizar todas las cosas que funcionan mal y que contribuyen a los resultados estrepitosamente malos que cada año obtienen en la selectividad. Y si creéis que con lo de "estrepitósamente malos" estoy exagerando, echad un vistazo a estas cifras: el año pasado, 122 alumnos presentados, 95 suspensos y 27 aprobados con la peor nota (División 4). Dejadme que explique un poco más el sistema de calificación de la selectividad: las notas se dividen por tramos, desde División 1 (que son los mejores) hasta División 4 (los que rozan el suspenso), y finalmente División 0 (los suspensos). Para obtener División 0, como consiguieron el año pasado 95 estudiantes de Msongola, hay que suspender todas las asignaturas (salvo quizá una).  Si todavía no estáis suficientemente impresionados, dejadme que añada un dato adicional: aquí se aprueba con un 2 sobre 10. Es decir, que el año pasado 95 alumnos sacaron menos de un 2 en al menos 6 de las 7 asignaturas. 

Para poder pasar a bachillerato (esta selectividad es entre 4º de ESO y Bachillerato; al final de bachillerato hacen otra) es necesario obtener como mínimo División 3 (con División 4 todavía puedes hacer algunas cosas como profesor de primaria o enfermería, que aquí no son estudios superiores). Eso significa que el resumen de los resultados del año pasado es que NINGÚN alumno pudo seguir estudiando hacia la universidad. A pesar de los resultados trágicos, Msongola ocupa aproximadamente el lugar 3000 (de entre 3600 escuelas) en el ranking, lo cual quiere decir que otras 600 escuelas en el país son, sorprendentemente, aún peores.

Si los resultados globales son como para echarse a llorar, en Matemáticas en particular son directamente como para arrancarse los ojos: 118 suspensos y 4 aprobados con la peor nota.Y lo peor de todo es que no creo que este año las cosas vayan a cambiar mucho a pesar de mi participación.

Lo más llamativo de la escuela es que los profesores no siguen ningún tipo de horario. Es decir, existe un horario, pero todo el mundo se lo pasa por el forro y da clase cuando le da la gana. Básicamente, si te ves con ganas de dar clase, preguntas, ¿hay algún profesor en la clase 4A?, y si la respuesta es negativa y no te ha venido una desgana momentánea, pues vas y enseñas. El primer horario que diseñó el director académico ya demostraba muy a las claras que mucho no lo usaban: había profesores que tenían que estar a la misma hora en tres o cuatro aulas diferentes o grupos de estudiantes de Letras que, según el horario, tenían clase de Física y Química. Tras quejarme yo amargamente de manera repetida, y supongo que por vergüenza torera, después de dos o tres meses lo cambiaron por otro un poco mejor (y en el que además sale mi nombre!) pero que el personal docente sigue ignorando por completo. Para ellos es muy cómodo, dado que, por ejemplo, faltan a la escuela el día que quieren (incluso durante periodos de una o dos semanas) con la mayor de las alegrías. Recuerdo que una profesora me dijo un día: "sí, si tienes mucha razón con lo del horario...pero entonces, ¿que quieres?¿que si un día tengo un asunto personal que resolver no pueda hacerlo porque tengo forzosamente que venir a clase?". Claro, cuando te responden con argumentos como este, entiendes rápidamente que convencer al oponente dialéctico es poco menos que imposible. El caso es que para los alumnos el sistema también resulta poco menos que óptimo, dado que con los desajustes que, inevitablemente y de manera constante, se producen, cada día se pasan un par de horas como mínimo sin ningún profesor. A veces algún profesor, incluso, les pasa las notas a los alumnos para que las copien en la pizarra mientras ellos hacen algo más valioso con su tiempo. Claro, así, es difícil.

En teoría, la escuela empieza cada día a las 8; en la práctica, nunca antes de las 8:40. En esos 40 minutos, los alumnos se dedican a limpiar el complejo, a traer agua, a limpiar los baños y las aulas y finalmente (y eso, por Dios, que no falte nunca) a formar en el patio, dar unos pasos militares dirigidos por un alumno ("Students! Attention! At ease! Attention! At ease!", algo parecido a "¡Izquierda!, ¡Derecha!") y cantar el himno nacional u otra canción patriótica. También es el momento en que algunos alumnos dicen unas palabras (pocas, porque su inglés tampoco da para más) dirigidas a motivar a sus compañeros, en lo que se conoce como el "Morning Speech". Y todo eso está muy bien, pero si perdemos tres cuartos de hora de clase, pues ya no tanto.

Como digo, me podría eternizar describiendo todos los problemas que hay en la escuela y que hacen muy difícil, por no decir imposible, el éxito de los alumnos. Por ejemplo, el hecho de que la educación secundaria sea en inglés (¡después de haber hecho toda la primaria en suajili!), idioma que ni los estudiantes (algunos de ellos incapaces de decir "I need to go to the toilet" después de cuatro años -en teoría- dando clase en ingles) ni tampoco los profesores dominan (ni siquiera los profesores de inglés, algunos de los cuales son incapaces de mantener una conversación básica). Claro, imaginaos que en España llegas a 1º de ESO y dices, "hale, ahora todo en inglés". Habría suicidios colectivos.

La preparación de los (al menos de algunos) profesores se me antoja otro factor determinante. Si uno supera la selectividad anterior al Bachillerato pero luego fracasa en la selectividad después del Bachillerato, no puede estudiar una carrera universitaria. Pero todavía le queda una salida: convertirse en profesor de secundaria. Parece difícil pensar que alguien que no ha tenido el nivel suficiente para ir a la universidad pueda resultar un buen profesor, pero así son las cosas. Probablemente no hay universitarios suficientes como para cubrir las plazas del profesorado y esta es la única salida, al menos de momento.    

Otros factores importantes son el hecho de que muchos estudiantes vivan a dos y tres horas de distancia, o la falta de interés de algunos profesores: por ejemplo, tenemos un laboratorio con una mesa bastante decente, pero está siempre ocupada con botellas, matraces, probetas y elementos de todo tipo, de manera que para hacer los experimentos hay que trasladar el material pertinente a las aulas. Le he dicho mil veces a la profesora de Química que por qué no ponemos unas estanterías o mesas pequeñas alrededor para poner el material y ella me va diciendo que sí, que ya lo tiene en mente y que hay que hacerlo, pero nunca lo hace.

Otro ejemplo: hay profesores que, cuando un grupo de alumnos que está realmente interesado en hacer las cosas bien les pide realizar exámenes voluntarios después de clase (pagando ellos mismos las fotocopias!), responden que no tienen tiempo para eso... a pesar de que se pasan 2 o 3 horas cada día charlando en la sala de profesores. Son esos mismos profesores los que, preguntados por las causas de los malos resultados de la escuela, te responden, con un par de huevos, que "los alumnos no se implican".  Ahí le has dao. 

Ahora estamos de exámenes. Cada profesor prepara su examen a mano y luego hay una persona (ajena a la escuela) que los pasa todos a ordenador y hace las fotocopias. En ese proceso, la persona en cuestión (que debe de ser tuerta de los dos ojos) introduce una media de 15 errores (algunos de ellos muy significativos) en cada examen. Los profesores tampoco revisan las fotocopias antes del propio día del examen (en ocasiones porque las fotocopias llegan en el último momento) con lo cual el propio día del examen hay que corregir en la pizarra todos los fallos (en 5 o 6 aulas diferentes), con la consiguiente pérdida de energía y tiempo por parte de los estudiantes. Más aún: con ello les estamos transmitiendo inconscientemente unos valores equivocados, la idea de que no es necesario ser riguroso ni hacer las cosas bien. El otro día acabé tan cabreado que estuve por escribir en la pizarra de la sala de profesores (la misma que aún contiene un par de resultados del equipo de fútbol): "The mistakes in the photocopies are a shame for all of us. But it doesn't matter since the football team is doing great!". Al final, me contuve. Después de todo, no es tan diferente de lo que pasa en otras latitudes con la selección española, gracias a la cual el "rescatador barbudo" (como llama Boyero a Rajoy) disfruta de algo más de aire del que se merece.

Siento la extensión de este post y buenas noches a todos...cuidado si tenéis que coger un daladala de vuelta a casa...pero tened en cuenta que un uso excesivo de la bici os puede dejar el culo cuadrado. Lo digo por experiencia.

FOTOS: Mi habitación (con mi "hermano pequeño" Steve y en un estado típico de entropía) y mi bicicleta (en el orfanato. con Husna, Stevu, Dari y Neema)

VIDEO: "Hakunaga" y "Sawa sawa", con diferencia las canciones más populares por estas latitudes.

lunes, 14 de mayo de 2012

Blogman returns

Hoy hace un mes que comencé (después de tres semanas en España gozando de duchas de agua caliente, lavadoras y aceite de oliva) el segundo período de mi aventura tanzana, y me ha parecido un buen momento, al menos un tan bueno como otro cualquiera, para comenzar de nuevo a escribir en el blog. Vamos a ver si escribo un poco menos (intentaré limitarme a los 3.000.000 de caracteres por entrada) pero más frecuentemente...a ver si semos capases!

Antes de nada, me gustaría dar las gracias públicamente a la gente que ha recaudado y donado dinero, ropa u otras cosas para el orfanato: Víctor, Laia y Arnau, Lara, África y también mi señora madre, muchas gracias por vuestra ilusión y generosidad, ya iré explicando que vamos haciendo con el dinero.

Como algunos de vosotros ya sabéis, en esta segunda "stage" he decidido liarme la manta a la cabeza,  desligarme de la ONG con la que estaba colaborando e irme a vivir por mi cuenta. El motivo ha sido básicamente económico: después de 6 meses sin sueldo y con otros 6 en el horizonte, no está el horno para muchos bollos, y vivir por mi cuenta me sale considerablemente más barato.

Ahora vivo en Mbagala - Rangi3, conocida por algunos (al menos por uno) como "Ciudad-caos". Tengo una habitación relativamente grande que he tenido que amueblar yo (aquí esto de alquilar con muebles no se lleva), pero que ha quedado bastante cuca con su cama de 1.80 por 1.20, su mesa y su silla y su cortina de florecillas (fin del mobiliario). Tengo electricidad, lo cual es una mejora cualitativa ciertamente significativa, y agua dentro de la casa. No, no, no os asustéis: no he dicho que tenga agua corriente ni que haya dejado de ducharme con cubos ni nada parecido. Simplemente hay un grifo en el patio, así que se acabaron los viajes al pozo a las 6 de la mañana.

En la casa viven un par de familias de gentes tanzanas. Son gente joven (el que me alquiló la habitación tiene 31, hay otro de 27...) y en total debe haber como 7 personas (digo "debe haber" porque aquí hay un número de gente indeterminado que entra y sale como Pedro por su casa y en algunos casos, por raro que parezca, me resulta difícil dilucidar si son gente que vive en la casa o que está de paso), incluyendo un chaval de 16 años y una niña de 2. Les pago un poco de dinero extra y ceno con ellos y así no tengo que cocinar, cosa que, teniendo en cuenta que aquí "lo que se lleva" es la cocina con carbón, es una ventaja nada desdeñable. En total, con agua, electricidad y cenas, pago unos 50-55 euros al mes, precio que hace que a uno le den ganas de trabajar 3 o 4 años en Europa, hacer unos ahorrillos, y pasar el resto de su vida en Tanzania tocándose la barriga

Ciudad-caos está un poco lejos de Msongola, el pueblo de la escuela (1 hora de puerta a puerta si voy en daladala) y el daladala no es especialmente barato (unos 75 céntimos ida y vuelta). Sí, lo sé, he perdido un poco la perspectiva con esto de los precios; el otro día tuve un momento en que fui plenamente consciente de esto: fui a cortarme el pelo y en la peluquería habían subido el precio de 1000 a 1500 chelines (es decir, de 50 a 75 céntimos) pues menudo mosqueo que me llevé, macho! (Qué? Que ahora vale 1500?? Menudo robo!!). En las peluquerías tanzanas la tijera no es un artículo esencial, supongo que debido a las características del pelo tanzano, que no destaca precisamente por su finura. Eso sí, manejan la maquinilla como los ángeles: podrían recortarte las pestañas y los pelillos de la nariz y ni te enterarías. Y en el nada improbable caso de corte de electricidad, a veces incluso se animan a seguir con una cuchilla de afeitar de las de Gillette (me refiero a solo la cuchilla de metal, sin mango ni nada!). Bueno, a decir verdad esto solo me ha pasado un vez y cuando me estaba cortando la barba, no el pelo, pero he de decir que pase unos momentos críticos dado que le tengo un cierto aprecio a mi yugular y el tio no usaba ni espuma ni nada, cuchilla y a saco Paco. En la mayoría de peluquerías tienen un cartel (invariablemente el mismo) con 100 dibujos de diferentes peinados, algunos de lo más estrambótico, y tú tienes que decirle al peluquero cuál quieres. Claro, en mi condición de persona con "coronillus incipientus", de los 100 peinados hay 97 que son irrealizables, pero aún así te preguntan y te hacen pasar el mal rato.

El caso, decía, es que el daladala de Ciudad Caos a Msongola es un poco caro, así que he decidido comprarme una bici y así además hago ejercicio. He conseguido una bici bastante chula (ya os mandaré una foto), con lo cual he ampliado a 5 el número de ciudades donde me he comprado un velocípedo, cifra nada desdeñable.Tardo más o menos lo mismo (unos 55 minutos, de hecho), lo cual habla mucho y mal de la velocidad media del daladala tanzano, con la ventaja añadida de que llego bien despierto a base de arriesgar mi vida entre los daladalas que se lanzan constantemente al arcén a recoger pasajeros.

Bueno, vamos acabando con la entrada, que si bien la batalla de la brevedad ya la hemos perdido, intentaremos no caer al menos en la pesadez extrema. Hoy me he sorprendido a mí mismo tirando una cáscara de plátano a la calle. La verdad es que tampoco hay muchas mejores cosas que hacer con ella, dado que no hay papeleras ni servicio de recogida de ningún tipo. Según tengo entendido, hay algunas "dumping areas" pero tampoco tengo muy claro donde están. El caso es que aquí la gente tira su mierdecilla en cualquier sitio sin pensarlo demasiado y aunque a mí todavía me cuesta, pues allí donde fueres haz lo que vieres.

Otras cosas, sin embargo, funcionan mejor que en el primer mundo. Aquí cuando algo se estropea o se rompe se arregla una, diez y cien veces si es necesario, lo cual, personalmente, me mola. Por todos lados hay gente con máquinas de coser que arreglan ropa o que te la hacen si les llevas la tela, y también se cosen los zapatos rotos con un hilo fuerte que tienen a tal fin; por todos lados hay "fundi ya simu, ya redio, ya telivisheni, ya fridge, ya baiskeli.." (reparador de teléfonos móviles, radios, televisiones, frigoríficos, bicicletas). También las botellas de cristal (las latas apenas existen y las botellas de plástico solo prácticamente para el agua mineral) se devuelven y rellenan, y los cubos donde se vende el aceite son los que luego usa la gente para lavar la ropa o recoger agua o guardar cosas. Iguales o similares cosas hacíamos los españolitos en un pasado no tan remoto, pero poco a poco, lamentablemente, se ha ido imponiendo la cultura del usar y tirar. No solo en esto sino en otras muchas cosas (otro día ahondaré más en este tema) Tanzania se parece a cómo era España hace 40 o 50 años.

Bien, lo dejo por hoy. Abrazos y besos para todos y todas, especialmente para los papás y mamás recientes. Espero que después de tanto tiempo me quede algún lector!

sábado, 24 de diciembre de 2011

The fool on the hill

Uf, ha pasado tanto tiempo desde mi último post que no se como voy a contar todo en una cantidad razonable de líneas...máxime cuando, como ha quedado demostrado en previas entradas, la capacidad de síntesis no es mi fuerte (pese a que "la Consuelo" -profe de historia en los años de instituto- fuese de la opinión contraria; nótese que el mero hecho de mencionar a la Consuelo en un post sobre Tanzania ya indica a las claras mi carencia absoluta de competencias sintéticas). En fin, vamos a intentarlo, a ver si semos capases.

Ando un poco estresado, la verdad, de tantas cosas como hago. Lograr estresarse en Tanzania no es sencillo e indica una habilidad notable en el legendario arte del "browning" (es decir, una capacidad considerable para zamparse marrones de toda índole) que se ve que yo poseo. Dado que la escuela está cerrada hasta el 16 de enero ahora estoy dando clases de inglés a la gente de los pueblos colindantes. Tengo dos grupos, uno de principiantes absolutos y otro de gente que ya sabe un poco (y en ocasiones mucho). Mi día típico mas o menos es como sigue:

A las 5.30 me levanto.
Ayudo en tareas de la casa hasta las 7.
Desayuno y preparo las clases de ingles hasta las 8.45.
Clase de ingles de 9 a 12 (15 minutos de bici hasta Uvikiuta, la ONG)
A las 12, al orfanato (45 minutos de daladala + 15 minutos a pie)
A las 16.30 - 17 voy a la casa de un chaval del pueblo al que le doy clases de mates (15 minutos a pie + 30 minutos de daladala + 20 minutos a pie).
Llego a mi casa a las 19.30 más o menos
Ceno, me ducho, y le doy una hora de clases de ordenata a la "houskeeper". En ocasiones ayudo a mi hermana pequeña Leah con los deberes o le doy clases de ordenador también a ella.
Con esto mas o menos se hacen las 22.30, a la cama, y vuelta a empezar.

El día 16 empieza de nuevo la escuela y no se como demonios me lo voy a montar. No me gustaría dejar de dar las clases de inglés, aunque fuera una hora al día, porque creo que es de las cosas que más útiles pueden resultar para ellos. En el orfanato sigue habiendo mil cosas que hacer, a pesar de que ya hemos acabado con las obras. Hubo que trabajar contrareloj para terminar todo antes de que Michele, el voluntario italiano que ha hecho todo posible, se fuera, pero lo hemos conseguido. La cocina ha quedado bastante bien, quitando algunos remates chapuceros característicos de la construcción tanzana. De la pintura nos hemos encargado nosotros mismos porque era más barato, con resultados cuando menos aceptables...al menos en principio, porque esta semana ha caído el diluvio universal y una parte de la pintura se ha resentido, aunque ha sido solo una pequeña parte. Como regalo de Navidad para los niños hemos comprado una radio y una bici de segunda mano que les vuelve locos. Algunos no sabían montar, pero aprenden rápido y se enseñan unos a otros, por el método de "tu tira, yo voy corriendo detrás y hago lo que puedo, pero si te metes una castaña son cosas que pasan". La radio ya no funciona y los niños, como son niños, jugando, han roto una de las puertas de la cocina nueva. También hay que intentar poner electricidad en la cocina y cierres en las ventanas para que puedan guardar cosas sin miedo a los ladrones...vaya, que trabajo no falta.

Ahora están en Dar una pareja de holandeses que ayudan al orfanato desde hace varios años. Han venido un par de semanas en Navidad y la semana pasada se llevaron a los niños dos días y una noche a la playa. Las playas tanzanas (ya he ido a cuatro o cinco) no son muy diferentes a las españolas, aunque de vez en cuando pueden ocurrir cosas extrañas, como que pase un rebaño de vacas o de cabras por la orilla. Aunque de vez en cuando pasen rumiantes, están en clara inferioridad numérica con respecto a los rebaños de gente que pasa intentando venderte cosas, así que, en ese sentido, como en casa en la Barceloneta. La mayoría de la playa está cubierta por "resorts" en los que pagas una cantidad módica y puedes usar sombrillas y sillas o tumbonas, pero también hay sitios por los que puedes entrar a la playa gratis. Ah, y la temperatura del agua es alucinante...a los que hayáis dicho alguna vez que el agua del Mediterráneo es como caldo de cocido os reto a bañaros en el Índico. Es como una sauna!

En la playa los niños disfrutaron mucho y estuvo muy bien, aunque también fue un poco triste, porque fue la última noche de Michele. Michele ha estado cinco meses aquí y, aparte de hacer maravillas con el tema del "fundraising" y la construcción de cocina y baños, los niños le quieren con locura (y el a ellos)...prueba fehaciente de ello son las múltiples inscripciones del tipo "Mike we love you forever" que los niños han grabado en el cemento de las nuevas construcciones del orfanato. Los niños lloraron mucho y Michele también se emocionó y fue una noche dura para todos. También para mí, ya que Michele probablemente era la persona más cercana para mi en Tanzania. Es francamente raro ir al orfanato y que "Uncle Micky" no esté allí, pero hay que seguir adelante. Los niños lo han pasado mal y algunos han estado tristes varios dias...pero por otra parte están acostumbrados a eso, esa es su vida, gente (voluntarios, encargados, otros niños) que viene y se va de su mundo.

Mi vida en Tanzania también es un poco así. Hay pocos voluntarios de larga duración y uno tras otro se han ido yendo. Yu (Japón), Anna (Islandia), Matteo (Italia, también trabajó en el orfanato), Evans (Kenya), Michele...uno tras otro han continuado su camino. La gente del "workcamp" de Kilimanjaro en el que estuve durante tres días también se marchó. Después de eso hubo otro workcamp de tres semanas en la sede de Uvikiuta (la ONG), pero esos voluntarios también se han ido. El año que viene tendremos frecuentemente otros worcamps de 3-4 semanas...durante unos dias Uvikiuta se llenará de voluntarios, y habrá risas y comida en abundancia y "cultural nights" en que cada uno explicará cosas y cantará canciones u organizará juegos relacionados con su país (en el último workcamp tuvimos noche cultural mediterránea -italano-españo-catalana y yo cociné tortilla de patata, con resultados discutibles -se podría discutir si quedó mal o peor-, y pusimos la Macarena y también jugamos al pañuelo y al "arrancacebes", porque había una chica de Olot). Todo eso volverá con los nuevos voluntarios, pero después de eso, ellos también marcharán y todo quedará vacío y en silencio. Es duro, y eso me hace entender mínimamente lo que es, en este sentido, la vida de los niños del orfanato de Msongola.

Magole, el "pueblo de siete casas" donde vivo se ha llenado de gente. Gente de Mozambique, Sudáfrica, Kenya y Tanzania que participa en un programa de intercambio: pasan 3 meses en Tanzania y otros 3 en Sudáfrica. La verdad es que no tengo mucha relación con ellos, la mayoría son muy jóvenes, llevamos ritmos de vida muy distintos y al final tampoco tengo tantas cosas en común como puedo tener con alguien de Europa. Con quien tengo más relación de ellos es con mis dos nuevos "hermanos", Hamis de Tanzania y John "Masai" de Kenya (profesores de swahili no me faltan!). Comparto habitación y las tareas de la casa con ellos, son buena gente y nos llevamos bien, aunque no nos vemos prácticamente más que para cenar y al levantarnos. En cualquier caso, la gente del programa de intercambio también se va el 20 de enero...

Mis padres han venido por Navidades. Estuvieron comiendo y cenando en casa de mis "padres tanzanos". Aunque parezca mentira (y contra todas mis expectativas) no ocurrió ninguna catástrofe y todos se llevaron bien y se gustaron. Mis padres trajeron algunos regalos para Alpha y Leah y también unas tabletas de turrón y todo fue muy bien, y de hecho Alpha todavia me pregunta que si van a volver algún día, porque estuvieron jugando mucho con el y se lo pasó muy bien. Llevé a mis padres al orfanato (donde también hubo reparto de turrón: blando, choco, duro y yema) y a la escuela, y les monté en un daladala considerablemente lleno en el que tuvimos que ir de pie, así que pudieron vivir un poquito de la experiencia tanzana. A veces, puede que ya lo haya dicho en otros posts, me da pena pensar que muchos turistas vienen a Tanzania y no se suben en un daladala ni se comen un "chips mayai" o un plato de ugali. He intentado que mis padres hagan alguna de estas cosas para que conozcan un poco de la realidad de aquí.

Después de tres dias en Dar es Salaam mis padres se fueron a hacer un safari. Yo no pude acompañarles porque tenía que dar clases en Uvikiuta. Fueron días muy difíciles porque, como he adelantado antes, jarreó agua a lo bestia. Imaginad que estáis debajo de una piscina de 100 millones de litros y de repente alguien elimina el suelo de la piscina sobre vuestras cabezas. Ahora multiplicad la fuerza del agua que os cae encima por un factor pi y tendréis una idea de lo que pasó esos días. En Dar es Salaam las inundaciones han sido terribles y de hecho han muerto entre 20 y 30 personas -hay un baile de cifras similar al de las manifestaciones en España [según el gobierno tanzano seguramente han muerto -5 (menos cinco) personas]. En Uvikiuta y Magole, a pesar de que ha llovido mucho, no ha habido muchos problemas, y las únicas consecuencias negativas para mí han sido que la mayoría de los alumnos de inglés no venian a clase (hay que tener en cuenta que casi todos vienen andando, desde distancias de hasta varios kilómetros) y que he pillado un resfriado de caballo por ir todo el día con la ropa mojada. Coger un resfriado fuerte aquí no mola nada: el otro día tuve bastante fiebre (no tenía un termómetro a mano, pero yo diría que no menos de 38.5 a ojo de buen cubero) y a uno le entran las dudas de si es solo el resfriado o puede haber algún parásito en la sangre de por medio. De momento he decidido fiarme de mi generosa mucosidad y abundantes estornudos y no me hecho las pruebas de malaria. Estoy tirando con gelocatil y con un poco de suerte en unos días estaré fresco como una lechuga.

Ahora mismo estoy en Zanzibar en un resort playero en el que por fin tengo algo de calma, en plan super-relajo total, que de vez en cuando, pese a que me pese reconocerlo, también mola. Escribo desde una mesa tipo chiringuito, con arena bajo mis pies, un árbol de mango sobre mi cabeza y el mar tres metros delante de mi, detrás de unas rocas. playa 50 metros a la izquierda, puesta de sol bastante chula, barquitos tradicionales en el agua. He comido pescado pescado hoy mismo con salsa de curry y coco, una ensalada de mango y frutas tropicales flambeadas. No me quejo, la verdad, aunque es un sitio turístico 100%. Lo lleva una chica de Barcelona, Gemma, que vive en Zanzibar desde hace 6 años y en África desde hace 12, aunque dice que está un poco hasta el gorro y quiere plegar velas. La mayoría de los camareros saben un poquito de español y es divertido hablar con ellos.

Hoy hemos ido a nadar entre delfines. La actividad no me ha emocionado demasiado. Consiste en (con una barca) localizar un grupo de delfines, perseguirlos (junto a las otras 17 barcas que están allí para lo mismo) y lanzarse al agua y nadar como posesos cuando los bichos están cerca. Sí, se ven delfines a un metro, pero todo el show, visto desde fuera, me resulta un poco ridículo. Tampoco me gusta la idea de andar dando la tabarra a los pobres delfines, que están ahí tan tranquilamente, aunque también es verdad que no creo que los delfines sufran, para ellos es más bien como un juego, más bien es que le estoy cogiendo mucha tirria a todo lo que rezuma turisteo.

El lunes vuelvo a Dar, mis padres se van para España y yo tengo que emprender viaje a Malawi: mi visa termina el dia 29, y antes de eso tengo que salir del país y volver a entrar, así que haré un viaje relámpago y vuelta a mi vida normal.

Quiero casiterminar este post dando las gracias a alguna gente. Primero a Laia y Arnau, por haber hecho una colecta en Alemania para los niños del orfanato. El dinero que habéis recogido servirá para seguir intentando variar un poco su dieta, introduciendo verduras, fruta, carne y pescado, así como para continuar llevando a cabo algunas de las reparaciones y mejoras de las que antes hablaba. Por cierto, que podéis todos consultar la página del orfanato en Facebook (simplemente buscad por "Msongola Orphanage"), de la que ahora soy administrador, junto con Michele y Matteo. Uno de los proyectos que tengo es hacer una página web un poco más elaborada para el orfanato, a ver si en unas semanas la tengo lista!

También agradezco a Jorge que me hiciera llegar a través de mis padres un USB con pelis para los niños. Este miércoles vimos "Up" y les gustó mucho! Gracias también a la gente que intento pasarme pelis (aun sin conseguirlo finalmente por unos u otros motivos) por la preocupación y el esfuerzo. Gracias también a todos los que me escribís, comentáis en el blog o me abrís en cuanto me veis en el chat. Os echo mucho de menos y esas cosas me hacen sentiros un poquitito más cerca. Ahora tengo un modem USB y me podré conectar más a menudo, así que seguid contándome cositas, que yo intentaré responder siempre!

En general estoy contento aquí. Lo suficiente como para estar planteándome quedarme más tiempo del inicialmente previsto. En principio tengo billete de avión para el 28 de marzo. Seguramente usaré ese billete en cualquier caso, pero es posible que después de eso me vuelva otra vez aquí. Depende de muchos factores: tendría que seguir estando a gusto dentro de 3 meses, encontrar otro sitio donde vivir (dado que no puedo seguir pagando a Uvikiuta la millonada que pago -unos 250 euros/mes por comida y alojamiento...por mi cuenta podría conseguirlo por menos de 100) y un trabajo por Internet (dado que tampoco puedo seguir sin cobrar, pero no tengo papeles para trabajar aquí...conozco a gente que ha estado trabajando por
internet haciendo corrección/redacción de textos en inglés, así que imposible no es). Ya veremos, de momento es solo una idea, que puede que cobre forma o no.

A pesar de que como digo, en general estoy contento, esto va por días. La falta de medios, el tiempo que pierdo en transportes, el idioma o el mero hecho de ser extranjero hace que todo sea tremendamente difícil aqui, y a veces es muy frustrante ver que no consigues los resultados que quieres. El 90% de la gente que conozco aquí te acaba pidiendo algo: que le lleves a España contigo, que le "patrocines" sus estudios, o directamente dinero u otras cosas. Hoy me ha llamado un chico de la escuela de secundaria. Ni siquiera es alumno mío, es un chico con el que habé un día un buen rato y me estuvo explicando que su situación es muy difícil porque su familia no quiere que estudie pero el sabe la importancia de la educación y no piensa darse por vencido y ha dejado su casa. Intercambiamos los números de teléfono y hoy, como digo, me ha llamado, y después de hablar un par de minutos me ha dicho que si le podía llevar algún regalo de Navidad, que cualquier cosa valía, arroz, cuadernos de ejercicios o incluso dinero. Cuando pasa algo así (y pasa constantemente) es duro. A veces pienso que para todo el mundo soy como un dólar con patas, todos piensan que soy rico, que puedo pagarles el avión o los estudios o darles trabajo. Hablas con una persona tres o cuatro días, tomas un par de cervezas, te piensas que es tu amigo...y entonces va y te lo suelta, te pide algo. Y entonces se te cae el alma a los pies, piensas "tio, estoy viniendo aquí a ayudar, a darte clases gratis, y todavía me pides dinero...". Pero por otra parte es comprensible, quieren tener otras oportunidades, una vida mejor y se piensan que en Europa es seguro que la van a encontrar.

A veces pienso que ayudar aquí es misión imposible, que no estoy consiguiendo nada ni lo voy a conseguir, por mucho tiempo que me quede...

El otro día fui a lavar mi ropa en casa. La housekeeper, Zainabu, y mi hermana pequeña, Leah, no me dejaron y lo hicieron ellas. Eso indica que saben que trabajo como un mulo y que estoy al límite de mis fuerzas...pero detalles como ese también me hacen pensar que, después de todo, alguna cosa debo de estar haciendo bien.

Abrazos para todos, besos para todas (preferiblemente en la boca, que ando un poco necesitado) y prometo que el ultimo post del año serán fotos varias!

domingo, 13 de noviembre de 2011

En todas partes cuecen habas (Part 2)

En casi todos sitios cuecen habas, pero no en todos: hay uno donde solo cuecen ugali y beans, y es en el orfanato de Msongola, donde viven 19 niños y un encargado y donde trabajan Michele (que lleva tres meses y aun pasará otro) y Matteo (que lleva tres semanas y le queda solo otra), voluntarios italianos. Eso es lo que comen allí 12 de las 14 comidas de la semana, solo el domingo se pueden permitir comer arroz, que es más caro. El orfanato queda a 500 metros de la escuela y estos dias están construyendo unas duchas, gracias al dinero que Michele ha recaudado a través de donaciones y de varias actividades (exposición fotográfica, noche cultural africana) que ha organizado en Italia. Dado que me queda cerca, estos días he estado yendo a ayudar en lo que hiciese falta (aunque hay que decir que uno de los dias en vez de ayudar me cargué una pared... un niño se estaba colgando de una pared a medio hacer y yo le imité y la pared se vino abajo. No me pasó nada porque mi cabeza es más dura que las piedras -literalmente, eran de arenisca de estas que puedes romper con las manos). Parece que también van a tener dinero suficiente para construir una cocina y un comedor (ahora cocinan en un habitáculo de dos metros cuadrados (cuatro paredes donde hacen un fuego con ramas) y comen en una habitación con pupitres y pizarra que debería servir para que estudien y hagan los deberes.

Los niños del orfanato de Msongola son la pera limonera. Tienen entre 6 y 16 años y son como una gran familia que cuidan los unos de los otros. Son alegres y super cariñosos y educados con nosotros (aunque no hablan nada de inglés... ahora entiendo por qué Michele habla tan buen swahili). Cada día nos lavan los tuppers de la comida y nos acompañan hasta la carretera (unos 10-15 minutos) y siempre insisten en llevarnos la mochila. En general, cualquier trabajo que haya que hacer quieren hacerlo siempre ellos, y si les ofreces ayuda te dicen que no, aunque no puedan con su alma. Los voluntarios repartimos nuestra comida (generalmente arroz o pasta) entre los chavales, y nosotros comemos también ugali y beans. Así pueden variar aunque sea un poquillo. Nunca hay peleas en el reparto, y si le das la comida a uno de ellos y le dices que es para todos puedes estar completamente seguro de que todo el mundo va a recibir su ración.

Dado que no todos los niños son verdaderos huérfanos (algunos tienen familia, pero sus padres no tienen recursos para mantenerlos y los llevan alli), no tienen ningún tipo de ayuda del gobierno, y sobreviven únicamente a base de donaciones. Donaciones que invariablemente se pierden si pasan por las manos del director del orfanato. El director nunca está allí, pero si se entera de que alguien ha donado comida cara (por ejemplo, carne) aparece con un camión y se la lleva. Por tanto, si uno quiere hacer cualquier cosa y que repercuta en los chavales, tiene que ser a espaldas del director. Por ejemplo Michele no le ha informado de las obras, ni tampoco de que el fin de semana pasado ha recibido una donación de 60,000 Tsh. Con ese dinero va a intentar cambiar mínimamente la dieta de los chavales durante 3 semanas, sustituyendo las beans de una de las dos comidas de cada día por espinacas, guisantes, patatas o pescado. Me permito recordar que 60.000 Tsh son 30 euros y que en el orfanato viven 19 niños y el encargado, pero Michele está haciendo un trabajo realmente bueno y estirando el dinero como si fuera un chicle Boomer. Cuando pienso en eso me da todavia más rabia los 20,000 Tsh que me robaron en Zanzibar.

Hoy el director ha despedido al encargado, que era una persona de Malawi bastante simpatica y que encima hablaba ingles ademas de swahili, cosa que no es trivial por aqui. Parece que en los ultimos tiempos el director se dedica a contratar una persona, pagarle el primer mes y luego dejar de hacerlo. Cuando el trabajador se cansa y se pira, pues contrata a otro y listo. Esta vez ni siquiera ha hecho falta esperar a eso: han encontrado a otro trabajador dispuesto a hacerlo por menos dinero (el hombre de Malawi se supone que cobraba 70.000 Tsh al mes -del ultimo mes todavia no ha visto un duro- y el nuevo a ha aceptado cobrar 50.000/mes, es decir, 25 euros/mes). Para los ninyos, evidentemente, no es lo mejor cambiar de encargado cada dos meses, pero aqui no parece que los ninyos importen demasiado.

En Tanzania en general no hay problemas de agua: hay cantidad de agua subterránea, por lo que los pozos abundan. Sin embargo en el orfanato también tienen un problema con esto, dado que el pozo está a 10 minutos y 20 personas necesitan mucha agua (más ahora, dado que los obreros necesitan agua para el cemento). Hay un depósito de agua más cerca, pero el dueño pide dinero por usarlo. Michele está en negociaciones para ver si llega a un acuerdo. Aunque me de verguenza reconocerlo, hasta los niños de 6 años pueden llevar más agua que nosotros. Se ponen el cubo de agua en la cabeza (a veces un cubo que pesa tanto como ellos) y a tirar millas. Yo tengo que parar dos o tres veces por el camino y cambiarme el cubo de mano, pero ellos lo hacen de un tirón. He intentado la táctica cabecil, pero mis cervicales no lo han agradecido.

En mi casa me han dado una bici (una Giant un poco antigua pero con horquilla con suspensión, un verdadero lujo) con la que me muevo entre el pueblo y el centro de Uvikiuta (unos 3-4 kilometros). Ahora trabajo menos en casa porque tenemos una "housekeeper" que vive con nosotros (no se si la han contratado como consecuencia de lo mal que lavaba yo los platos, pero es una posibilidad). Me alegro por mi hermana pequeña Leah, porque ahora ella también trabaja menos. Básicamente lo que más hago (también en casa) es ir a por agua al pozo (en este caso el pozo está a 20 metros), con lo cual creo que cuando vuelva a España me podré sacar el máster de pocero. Prometo en una próxima entrada una clase de teoría y práctica sobre este tema.

En el instituto sigo sin acabar de acoplarme. De Física hemos dado cuatro clases y la verdad es que han sido bastante malas todas ellas. Empecé intentando darles un tema en detalle (espejo, lentes y luz en general). Luego cambié de idea e intenté hacer un overview de todos los temas que no han dado, pero la verdad es que condensar 9 temas en dos o tres días es imposible. Finalmente hablé con los estudiantes y ellos me dijeron que querrían hacer más ejercicios. Así que he intentado hacer algunos ejercicios en la pizarra, explicando la teoría necesaria sobre la marcha. Nada de ello ha funcionado muy bien y tengo la sensación de que he desperdiciado las cuatro clases, pero es que es muy difícil empezar a enseñar casi a final de curso y sin que hayan visto nada de nada antes. En matemáticas la cosa ha ido un poco mejor, aunque tampoco estoy contento del todo. Creo que últimamente estoy haciendolo mejor. El ultimo dia estabamos hablando de latitud y longitud y me llevé una naranja para explicar lo que eran los paralelos y los meridianos y también dos o tres Atlas que encontré en la biblioteca de Uvikiuta. Hice una competición entre tres alumnos para que intentaran darme las coordenadas de Dar es Salaam con la mayor precisión posible y el que ganó se llevó la naranja. Creo que tengo que hacer más cosas similares para motivarles y tengo que llevar las clases super organizadas, porque (al tener que escribir absolutamente todo en la pizarra) cada segundo es precioso. Muchos días quería haberles mandado ejercicios para casa y al final no me ha dado tiempo por no haber planeado bien la clase.

Por supuesto no hay fotocopiadora ni impresora en la escuela, ni siquiera en el pueblo de la escuela; las fotocopias las tengo que pagar a 5 céntimos de euro cada una en Mbande, por lo que tampoco puedo abusar de este recurso. Otra cosa que me está dando bastantes problemas es que en casa no tenemos electricidad: usamos dos baterías, pero solo hay una lámpara en toda la casa, en el comedor (en el resto funcionamos con lamparas a pilas). Ello hace que trabajar desde que anochece sea muy difícil. Aquí (ya lo dije en alguna otra entrada) el ritmo de vida se ajusta a las horas de sol. A las 19 anochece. Después de eso se cena y poco más, a las 21 - 21.30 todo el mundo está ya en la piltra y a las 5.30, que es cuando empieza a haber luz, la gente empieza a ponerse en pie de nuevo. Incluso su sistema horario es distinto: el tiempo en swahili tiene seis horas de diferencia con el tiempo en inglés, de modo que para ellos el día comienza a las 6 de la mañana (las 7 de la mañana son "saa moja asubuhi", es decir, "la una de la mañana") y acaba a las 6 de la tarde, que es "saa kumi na mbili magharibi" ("las 12 de la noche"). La verdad es que parece un sistema bastante lógico, sobre todo para un sitio donde los días duran aproximadamente lo mismo durante todo el año.

Pero estaba hablando de las dificultades del día a día como profe...aunque parezca una tontería, no tengo calculadora aquí (no lo pensé) y ese es otro problema: si uno está preparando ejercicios y tiene que hacer cada multiplicación o división a mano pierde el doble de tiempo. Lo puedo hacer en el ordenador o en el móvil, pero muchas veces tengo el móvil o el ordenador sin batería porque cargarlos es difícil dada la falta de electricidad. Cada vez que quiero internet tengo que ir a Mbagala, lo cual implica una hora de trayecto y 1600 Tsh...Fotocopias, calculadora, falta de luz y de internet, idioma...son pequeñas cosas que hacen que me esté resultando muy difícil enseñar aquí. Ahora tengo un mes y medio para intentar pensar como organizarme de la manera más eficiente posible, también para intentar poner en marcha el laboratorio. A ver si lo consigo!

El 16 de noviembre acaban las clases y empiezan los examenes regionales, que básicamente solo sirven para ver como van yendo los alumnos, pero no tienen consecuencias directas sobre su futuro. El examen importante, a nivel nacional, lo hacen el año que viene, al final de Form IV, una especie de selectividad. He estado hablando con la gente de la organización y parece que existe la posibilidad de seguir dando clases en diciembre si hay alumnos interesados. Dado que no han hecho prácticamente fisica en todo el año, deberían estarlo...pero como las clases de fisica han sido una castaña...veremos. Si no, tambien existe la posibilidad de dar clases en Uvikiuta a chavales de los pueblos de alrededor que quieran venir. Por otro lado estoy pensando muy seriamente en implicarme más a fondo en el orfanato. Realmente me gusta mucho estar allí, Matteo se va dentro de diez dias y Michele el 20 de diciembre. Es poco probable que antes de eso llegue ningun otro voluntario, y yo voy a estar yendo a Msongola al menos hasta marzo. Si sigo yendo al orfanato, por un lado los chavales no se quedan solos y por otro puedo hacer de enlace entre Michele y un eventual futuro voluntario, para que no tenga que empezar de cero. Sigo con la idea de que me gustaría mucho dar clases de español...muchas ideas, muchos proyectos, pero primero tengo que organizarme para ser eficiente!!

En todas partes cuecen habas (Part 1)

Pero, para ser sinceros, en Tanzania lo que mas cuecen es arroz: estoy ya que me sale por las orejas. Hace dos miércoles fue un día histórico: el único día desde que estoy aqui (que yo recuerde) que no probé ni un grano de arroz. No está mal, después de mes y medio. Pero atención, que hay más (por favor, las personas fácilmente impresionables, que se abstengan de leer lo que viene a continuación): ese día tampoco tomé "beans" (judías pintas). Un hecho tal no se producía en una familia tanzana desde 1974 (creo que la televisión local quiere hacerme una entrevista). Ignoro las causas de tan (gastronomicamente hablando) inusual jornada, pero sospecho que posiblemente era el día nacional de la patata, dado que al mediodía tomé "chips mayai" (literalmente "patatas huevos", es una especie de tortilla de patata local pero con patatas fritas y una consistencia más bien escasa) y por la noche patatas guisadas con carne y verduras. En cualquier caso, de patatas tampoco es que vayamos sobrados en la dieta, así que bienvenidas sean.

En todos sitios cuecen habas, y en todos sitios hay buena y mala gente. Junto a muchas y buenas experiencias (más de una persona en Dar, por ejemplo, se ha desviado de su camino por acompañarme e incluso me ha pagado el billete en el daladala), hace dos fines de semana tuve mi primera experiencia realmente mala desde que estoy aquí. Fue en mi visita a Zanzibar, donde sufrí la enfermedad comúnmente conocida como "turistus pardillus". La versión corta de la historia es que un tipo me birló las gafas de sol de la mochila y tuve que pagar 20.000 Tsh (unos 10 euros) para recuperarlas. En cualquier caso, las versiones cortas son para las nenazas y la historia completa no tiene desperidicio (sobre todo si la cuento yo, que molo todavía más que la historia), así que les animo a continuar leyendo.

Pues allí estaba yo, 8 de la tarde, junto a parte de los voluntarios del campo de trabajo de Kilimanjaro (Carmen de Suiza, Haelim de Corea, Sara de Italia y Laura de Francia) en un mercado de pescado que hacen en Stonetown (la principal ciudad de Zanzibar) cada noche, delante del mar. Hay como 40 o 50 mesas que se dividen en dos tipos: las que ofrecen "Zanzibar pizza" (pizzas de distintos tipos -incluyendo banana o chocolate- y que están bastante buenas, la verdad); y las que tienen
distintos tipos de brochetas de productos marinos (pulpo, calamar, langosta, barracuda, atún, emperador, gambas, y todo bicho oceánico que uno se pueda imaginar, todas las brochetas, eso sí, a "mzungu price", precio para blancos, como no podía ser de otra manera en un sitio tan turístico como Zanzibar). Así que uno se pasea por las mesas, elige las brochetas que quiere, se las churruscan en un par de fuegos comunes que hay por ahí y voilà. Como todas las mesas tienen básicamente lo mismo, se produce el efecto que he bautizado como "falso rafiki": todo el mundo es lo más pegajoso posible y se inventa las historias más descabelladas (por ejemplo "¿que te llamas Javier? Mi primo pequeño se llama Habil! Tiene 5 meses y nada más nacer lo tuve entre mis manos...es una monada, tienes que comprar en mi mesa, hazlo por Habil!") con el unico propósito de caerte bien y que les compres a ellos. Sinceramente, lo detesto, me cansa y me produce una tristeza extraña que no se muy bien como explicar.

Una vez hube decidido la mesa en la que iba a comprar (básicamente a pito pito gorgorito, porque ya digo que todas tenian lo mismo) y elegido los productos y cuando ya me los habían traido del fuego y estaba a punto de recogerlos, noté algo detrás. Por un momento pensé "a ver si me están robando", pero me dije "bah, no, simplemente es que esto está lleno de gente y este tipo tan simpático con gorro de rastafari se ha tropezado conmigo". Cinco minutos después, sin embargo, cuando me junte de nuevo con las chicas, descubrí que la hipótesis inicial era la acertada y que mis gafas de sol no estaban. Después de lanzar cinco o seis "fucking bastard", pensé que tal vez si me paseaba por la zona lograba ver al tipo rastafariense. Así que me di una vuelta y decidi preguntarle a una de las 3 personas que despachaban pescado en el puesto donde yo lo había comprado. El tipo, después de escuchar mis penurias, me dijo "ah sí, ya sé quien dices, le conozco bien. Es una mala persona, siempre esta por aquí haciendo alguna. Vamos a intentar buscarle, pero aunque le encontremos, probablemente va a querer dinero por las gafas, eso si no las ha vendido ya". Así que le dije que si le encontrábamos estaba dispuesto a pagar hasta 10.000 Tsh y me dispuse a seguirle con toda mi buena voluntad.

Mi buena voluntad, sin embargo, se fue transmitando poco a poco en intranquilidad manifiesta: el hombre se estaba comportando de manera un poco extraña y además (despues de un par de vueltas infructuosas por el mercadillo) había comenzado a conducirme a hacia un sitio oscuro como la boca del lobo. Para completar el panorama, un par de amiguetes suyos con apariencia más bien siniestra (uno de ellos arrastraba la pierna al estilo jorobado de Notre Damme) habían aparecido de la nada y, después de intercambiar unas palabras en swahili con el tendero, se habían unido a la fiesta. Todo ello me pareció indicar una clara intención desplumatoria así que en un momento dado me planté y le dije al tendero que no daba ni un paso más, y que por favor fuese él y volviese con las gafas o con el tipo. El hombre intentó convencerme de que no habia ningun peligro y de que siguiésemos, pero a esas alturas yo estaba ya para pocas bromas y creo que él lo entendio. Así que se adentró en lo oscuro y yo me quedé con los dos tipos siniestros en un sitio donde todavia había seres humanos no implicados en actividades criminales.

Después de 3 minutos el tendero volvió y me dijo que había encontrado al tipo rastafariense pero que lamentablemente ya había vendido las gafas. Yo, con la fly behind the ear, le dije que me parecía extraño que a esas horas y en menos de 10 minutos hubiera conseguido colocar las gafas a nadie. El tipo se enfadó un poco "¿qué pasa que no confías en mí? ¿Yo estoy tratando de ayudarte y tu me dices que miento?" Sin embargo, 15 segundos más tarde estaba diciendome que tal vez por 20.000 Tsh se podía hacer algo, confirmando las sospechas de que él también estaba en el ajo (incluso es muy posible que me las hubiese robado él directamente) y de que había hecho muy requetebien no acompañándole. Yo le dije que 15.000, pero el tio se volvio a cabrear ("tu no quieres recuperar tus gafas, estoy perdiendo mi tiempo, me piro!") y me dio miedo seguir regateando (yo sabía muy bien que nadie, ni siquiera un mzungu, habría pagado 20.000 Tsh por unas gafas de sol, pero no recuperarlas significaba mucho más dinero), así que entré al trapo y le dije que OK. El tipo volvio a los oscuro y completamos la transaccion.

10 minutos más tarde y animado por mis acompañantes decidí que la cosa no podía quedar así, y decidí tensar la cuerda un poco: volví al puesto de pescado y me lancé un farol (le dije al tio que iba a llamar a la policia para contarles lo que había pasado), pensando (ingenuo de mí) que lo mismo se asustaba y me devolvía el dinero. Al tio solo le faltó echarse a reir, me dijo que fantastico, "hakuna matata" (ningún problemaaa, puedeeee hacermeee sufriiiir) y siguió vendiendo pescado. Hablando con la gente descubrí que la comisaría estaba relativamente cerca, así que decidí perder el tiempo e ir hasta allí. El policía me acompañó al mercado, donde por supuesto ya no había ni rastro del tendero (en su puesto quedaban las otras dos personas) ni de sus coleguitos. El policia estuvo sonscando a la gente, que le proporcionó informaciones a cada cual más útil ("sí, conocemos al tipo. Se llama Pedro Perez, y vive en algún sitio, pero no sabemos donde. Vende por aquí de tanto en tanto, pero ahora se ha ido y no sabemos cuando volverá". Especialmente amable estubo el tipo con un primo llamado Habil: "te dije que compraras en mi puesto. No has comprado, ahora yo no te conozco"). El policía se quedó más que satisfecho con la información, así que volvimos a comisaria, levantó atestado, me dijo que si volvía a ver al tendero le avisara y pegó carpetazo.

Uno puede pensar que 20,000 Tsh (insisto, 10 euros) es poca cosa, pero aquí con esa cantidad de dinero uno puede comer entre 4 y 8 veces o tomarse 40 Coca Colas o 20 cervezas en un bar: es MUCHO dinero. Además, y aunque podemos decir que logré minimizar los males (no sufrí ningún daño, evité ser desplumado en mi totalidad y recuperé las gafas), se te queda un mal cuerpo que te cagas y una sensación de "tonto l'haba" de la que es difícil desprenderse.

Más allá del incidente, Stonetown me produjo una mezcla de sensaciones. El sitio es indudablemente bonito, con sus enormes casas coloniales, sus puertas con arrepujados y trabajos de orfebrería y sus callejuelas estrechas, su mercado de especias y una playa desde la que hay una puesta de sol alucinante, con barcos de vela tradicionales pasando por delante del sol que se pone. En el lado negativo, es turístico hasta la sociedad: he visto más mzungus alli que en el mes y medio que he pasado en Dar en Salaam. Ello implica que no se puede pasear tranquilamente sin que alguien (y a veces, peor aún, alguien completamente fumado) te de la brasa tratando de venderte algo o simplemente de acompañarte para pedirte una propina sin haber hecho nada tangible más que molestarte. Ocho de cada nueve comercios (y puede que me quede corto) son tiendas de souvenirs. Si solo pasas un día por allí, te puede parecer que las cosas que tienen son alucinantes y muy especiales, pero cuando llevas un mes en Tanzania te das cuenta de que casi todas las tiendas de souvenirs, desde Arusha hasta Stonetown, desde Moshi hasta Dar tienen exactamente las mismas cosas, las mismas pinturas de masais, el mismo ajedrez
con la silueta de África como tablero, las mismas esculturas, los mismos pendientes. En la playa hay una primera zona de "mzungus" con tumbonas. Allí están todos, como ovejas en un redil, mientras el resto de la playa está tomada por chavales locales de todas las edades. Ninguna de todas estas cosas me gustan (aunque los únicos culpables de que las cosas sean así, es indudable, somos nosotros, los turistas) y no quiero pensar como será en Diciembre, cuando la temporada sea alta (nota para mis progenitores: vamos a intentar ir a otras partes de la isla si es posible, tal vez un día en Stonetown pero luego podemos intentar ir hacia el norte -hacia Nungwi- o hacia el este)

Me quedo con la puesta de sol, me quedon con los chavales jugando al futbol (siempre con la camiseta de algún equipo europeo, sobre todo el Manchester o el Barcelona. Tengo que decir que en Tanzania el Barça mola mucho más que el Madrid, es alucinante, todos los días veo como 5-10 personas con camiseta blaugrauna y todos absolutamente todos los daladalas tienen alguna pegatina del Barça o de Messi) en la playa o haciendo gimnasia o chapoteando o haciendo competiciones de nado desde el muelle. Me quedo con Norman, uno de los chicos que trabajaban en la guest house donde nos alojamos y que cada vez que me veia me hacia enseñarle (por escrito) algo de español, y a quien le he prometido un libro en español cuando vuelva en Diciembre. Más allá de eso, prefiero mil veces Msongola, Mbagala o incluso Dar, por muy bonito que sea Zanzíbar, que lo es.

viernes, 28 de octubre de 2011

Eres un cabron hijoputa....

Imaginad una batalla en la que uno de los bandos contase con tres trillones cuatrocientos siete soldados y el otro estuviese compuesto por un unico combatiente. Cual creeis que seria el resultado de tan desigual enfrentamento? Lucha tal se produce noche tras noche en el interior de una mosquitera agujereada en las cercanias de Dar es Salaam. El resultado es el esperable: entre 0 y 2 bajas por noche en uno de los ejercitos y 818 picaduras en el otro. Por alguna razon que no alcanzo a comprender, todavia no he contraido malaria. Puede que sea debido a las pastillas que me olvido de tomar dia si dia tambien. O gracias al increiblemente eficaz repelente de insectos (tengo que consultar en el diccionario si "repelente" significa "sustancia que atrae" porque eso explicaria muchas cosas). Tal vez sea simplemente porque los mosquitos, generosamente, renuncian a inocularme el parasito, por miedo a perder uno de sus mas fieles clientes. La cosa es tan grave que por un momento pense que tenia pulgas, porque no me parecia posible tener tantas picaduras de mosquito en una misma mano. Pero mi baba dice que no, que son mosquitos y tiene pinta de tener mas experiencia.

Desde hace 10 dias vivo en una familia tanzana, en un asentamiento de siete casas (y no es una manera de hablar) llamado Magole (tambien conocido por algunos como Mosquitoland). Tengo un hermano de 4 anyos, Alpha, y una hermana de 10, Leah, aparte de baba Joel y mama Frida, que trabajan para Uvikiuta (toda la gente que vive en Magole son trabajadores de la ONG).

Me levanto a las 5.30 AM todos los dias para ayudar con las tareas de la casa: lavar y secar platos, barrer, ir a por agua al pozo (por supuesto sigue sin haber agua corriente, asi que la ducha sigue siendo a cubos, aunque ahora disfruto de un WC de verdad, eso si, con cisterna manual. Electricidad si que hay, cuando conectamos ua bateria), ayudar a los ninyos con los deberes o incluso limpiar el cobertizo de los pollos son tareas de las que me encargo habitualmente. Estareis pensando que levantarse a las 5.30 es una putada de tipo y tamanyo, pero la verdad es que todo es relativo: lo que es una verdadera putada es que todos los pollos de la aldea empicen a cantar a las 4AM (y esta noche incluso a las 2), sin que haya ni siquiera una remota pizca de claridad.

La verdad es que estoy contento en mi nueva casa. Los ninyos son geniales, aunque Alpha a veces toca un poco los huevos, sobre todo a la hora de cenar. De momento solo he descubierto dos cosas que le gustan, el pollo y las uvas, todo lo demas cuesta un infierno hacerselo tragar. Leah es bastante callada y trabaja muchisimo (10 veces mas que yo). Tengo la impresion de que los ninyos en Tanzania crecen antes, por momentos parece mucho mas mayor de lo que es, aunque tal vez en Espanya sea igual en las zonas rurales.

Ademas de pollos tenemos un gato cuyo unico objetivo en la vida es intentar entrar en la casa cada vez que abrimos la muerta y restregarse contra muebles de jardin, piernas, cactus o cualquier otro objeto con apariencia de ser restregable.

La gente en Magole es ultra cristiana-luterana. Todos los sabados se juntan en una casa y rezan y cantan durante una hora (en swahili, claro). Yo no iria, pero es que despues de rezar cenan, y creo que aparecer directamente a la cena no es una opcion. Aqui en Tanzania la gente no entiende que uno no sea religioso: o eres cristiano o eres musulman (o de la iglesia fundacionista, que predca que hemos venido a este mundo para ser ricos; como era previsible, el mensaje cala y parece que tiene bastantes seguidores, pero tambien parece que los unicos ricos son los pastores), pero no tener religion tampoco es una opcion.

En la escuela las cosas van bien. Los comienzos, como comente el otro dia de pasada, fueron dificiles. El director habla poco ingles y me resulto muy dificil comunicarme con el. El primer dia me ensenyo el horario, que esta colgado en el cuarto de profesores. El lunes, segun el horario, habia fisica a las 9.20 y luego otra vez a las 12.55. Como me parecio un poco raro, le pregunte al director por el particular. El tipo se rasco la cabeza durante unos segundos, miro a izquierda y derecha y acabo diciendo "no, this period at 12.55 shouldn't be there, forget about it". Teniendo en cuenta que el curso acaba en diciembre, no esta mal darse cuenta a estas alturas.

La organizacion, desde luego, no es el fuerte de esta gente. El segundo dia el director me puso en contacto con el unico profesor de matematicas/fisica que tienen en el instituto (aprte de mi). Las instrucciones que recibi de este segundo senyor fueron: tu no te fijes en el horario, vienes, y si no hay ningun profesor en el aula entras y das clase. Del laboratorio me dijo que me olvidase y que diese clase en la pizarra, pero yo no he perdido la esperanza de poder hacer alguna practica, al menos de cara al curso que viene. Al final, en la practica, el tema del horario no es tan grave, mas o menos voy cumpliendo el horario que me dijeron, aunque eso si, si el horario dice que tu clase empieza a las 9.20 eso quiere decir que puede empezar entre las 9.20 y nunca. Hoy, por ejemplo a las 10.10, y ademas he tenido que juntar a los tres grupos de Form 3 (en ppio yo solo doy a uno, el de los alumnos de ciencias) por ausencia profesoril.

Los alumnos son como en todos sitios: a la que les das la mano te cogen el brazo y si te das la vuelta ellos tambien. La diferencia es que aqui tengo bastantes menos recursos para controlar la clase, por el tema del idioma y porque no me se ni un nombre (si se llamaran Fernando o Ricardo seria todo mucho mas facil). Ellos saben bastante poco ingles y ademas yo venia con el chip de las clases en la universidad. Eso se tradujo en que las primeras clases fueron una castanya: yo hablaba mucho y ellos entendian poco. Ahora ya me he dado cuenta de que tengo que copiar todo en la pizarra. Voy lentoquetecagas, pero creo que van entendiendo. Eso si, dar clases en ingles es la ostia de dificil (el Tuno podra dar mas referencias), me las tengo que preparar un monton y siempre me entran dudas de pronunciacion sobre la marcha("concave" is "concaf" o "concaif")? Con los profesores cada dia me llevo mejor (al principio la cosa estaba un poco fria) y hay una que icluso me ha propuesto hacer un intercambio espanyol-swahili, lo cual me vendra de rechupete, aunque de momento sigo progresando adecuadamente con el swahili.

Manyana me voy a Zanzibar durante dos dias con algunas de las voluntarias de Kilimanjaro (si, las "a's" son correctas). Ya que hace un calor que se derriten las cacerolas, por lo menos podre banyarme! Ya os contare que tal, y a ver si algun dia cuelgo alguna foto, aunque no estoy haciendo muchas. El dia 16 se acaban las clases en el instituto (luego tienen examenes hasta el 2 de diciembre, y luego vacaciones). A partir de la semana que viene, ademas de en la escuela trabajare en el orfanato de Msongola (esta a 500m de la escuela). El chico italiano que trabaja alli, Michele, ha hecho una recogida de fondos para construir unas duchas y una cocina, y las obras empeizan el lunes. De momento ire los ratos que pueda a echar un cable y a partir del 16 supongo que estare alli a tiempo completo, aunque hay otras opciones (clases de espanyol o ingles a la gente del pueblo) que tengo que estudiar.

Un abrazo para todos y gracias a todos los que me vais dejando comentarios (Martin, K., Laia, Fernando, entre las nuevas incorporaciones)!