miércoles, 28 de septiembre de 2011

La previa


Había una vez un país, del cual no diré nombre, en el que los turistas podían comprar su visa en el aeropuerto como quien compra una barra de pan en el Mercadona --una barra de pan, eso sí, de 50$-- y en el que, en cambio a estudiantes, investigadores y voluntarios les soplaban 120$ y les preguntaban hasta la talla del canzoncillo. Ese país se llamaba Tanzania (donde dije digo digo Diego), pero ya no existe.

Y no, no lo digo porque haya habido algún tipo de hecatombe (hay que tener en cuenta que yo no llego allí hasta el viernes, así que aún no he tenido tiempo de provocar ningún tipo de accidente). Digo que no existe porque con fecha 1 de Julio, el gobierno tanzano, en una decisión valiente y aplaudida por muchos (tanzanos), decidió subir el visado de voluntario de manera casi imperceptible: apenas un 358%, para llegar a la cifra redondísima (y divisible por 11) de 550$.

He de reconocer que esta subida me pilló un poco a contrapié, ya que me enteré cuando hacía poco más de un mes que había decidido irme de voluntario a Tanzania con una ONG local...y cuando ya tenía comprados mis billetes de avión ultra-mega-economy-class-de-la-muerte, de los que si cancelas no solo pierdes todo el dinero sino que incluso te cobran un poco más. En cualquier caso, y a pesar del incremento y de las pequeñas desventuras que desde entonces se han continuado sucediendo (y que me han tenido, como ahora pasaré a explicar más detenidamente --y como algunos habéis sufrido en primera persona--, al borde de la úlcera gastroduodenal), tengo que decir que, a unas pocas horas de emprender mi viaje, me encuentro como un niño con zapatos nuevos, con unas ganas tremendas de comenzar esta aventura, que a buen seguro será inolvidable.

Explico un poco más de qué va la vaina, para aquellos a los que todavía no les he dado la brasa con los detalles de mi experiencia en potencia. Me voy 6 meses a Msongola



a trabajar a un instituto de secundaria con chavales entre 14 y 18 años. En Tanzania el inglés no es oficial, pero a partir de los 14 es la lengua vehicular de la enseñanza (es ex-colonia inglesa). Desde la organización local pedían a alguien que ayudara a los chavales con el inglés (dado que parece que llegan un poco verderones) y también que pudiera ayudar en alguna otra asignatura. Teniendo en cuenta que de Matemáticas, Física, Química y Swahili (bueno, en esta última quizá es en la que voy un poco menos fuerte) y que el ratio de alumnos/profesor es, digamos, generoso (danger, danger, eufemismo a la vista: son 600 alumnos para 11 profesores), pues seguro que ocasiones de ayudar no me faltan.

Para el que se lo esté preguntando, esto lo he tramitado a través de la COCAT (Coordinadora de Organizadores de Campos de Trabajo de Cataluña), organización que no sé si llega a depender --pero alguna relación tiene-- de la Generalitat catalana y que tiene convenios con organizaciones sin ánimo de lucro a nivel mundial.

Algún día os contaré más cosas de la COCAT y otras cosas útiles como seguros, vacunas, medicamentos que conviene llevar, etc; de hecho quiero hacer una guía práctica, dado que poca información se encuentra en español por estos mundos internaúticos. Os explicaré también los artículos más jugosos que llevo en mi equipaje (por ejemplo, un cargador solar para mi ordenador portátil... o un generador digital de señales (!!), artículo que reconzoco que ni yo mismo sé muy bien para que sirve y que además temo sea susceptible de ser confundido con una bomba en el control del aeropuerto); o si me han confundido con un traficante de éxtasis (solo para la malaria llevo más de 200 pastillas) y en vez de en Tanzania acabo en Alcalá-Meco.

Pero ahora me tengo que ir a acabar de hacer la maleta! Salgo mañana a las 14.00 y llego a Dar es Salaam el viernes a las 07:00, después de hacer escala en Londres (reconozcámoslo desde el principio: no es la ruta más directa para ir a África). Vivo un poco en la incertidumbre de que será de mi vida una vez que llegue allí, por culpa de las desventuras que comentaba anteriormente: los papeles necesarios para tramitar mi visado (gestión que solo se puede hacer desde dentro del país), y que mandé a la gente de la organización por correo urgente certificado a finales de agosto, se han perdido en el limbo de las cartas que no llegaron a su destino (y allí se habrán hecho amiguitos de varias otras cartas y paquetes con mi nombre), con lo cual no hemos podido hacer el visado a tiempo. Eso implica que tendré que entrar al país con un visado de turista y, a continuación, solicitar el de voluntario.

Tampoco parecería mucho problema (a parte de los 50$ extra, que convierten la cifra redondísima en una redondérrima), sino fuera porque desde la ONG insisten --incluso con convicción-- en que mientras no tenga el visado correcto no podré trabajar. Teniendo en cuenta que, según sus propias palabras, el visado "tarda normalmente de 2 a 4 semanas, pero en la práctica puede que más tiempo" (sic.), pues estoy un poco a verlas venir: no sé si al final me dejarán trabajar nada más llegar o tendré que estar un tiempo indefinido de brazos cruzados. En este último caso, y dependiendo de cuanto tenga que esperar, o me voy de viaje por Tanzania un mesecillo (cosa que, bien pensado, tampoco está mal del todo...aunque yo preferiría viajar al final, cuando uno ya sabe algunos truquillos del país) o me apunto a un intensivo de swahili+danza africana.

Por lo menos hoy he logrado hablar con los de la ONG por teléfono y me han confirmado que habrá alguien en el aeropuerto para recogerme. No me cabe duda de que, de una manera u otra, saldremos adelante....y espero que podáis ser partícipes a través de este blog!

Abrazos y besos ilusionados! Kwaherini!


El rincón del swahili: Haraka haraka haina baraka (algo entre "no por mucho madrugar amanece más temprano" y "vísteme despacio, que tengo prisa")